Tagetes lucida

Los huicholes llaman Tamutsáli y Yahutli a la Tagetes lucida (caléndula mexicana), una planta originaria de América. Sus flores de vivos colores se utilizan en ceremonias religiosas en los altares de las casas como incienso y en el arte popular decorativo asociado al Día de los Muertos en todo México y tienen un origen precolombino. Siegel, Collings y Díaz documentan cómo los huicholes mezclan Tagetes lucida con tabaco (Nicotiana rustica), al que llaman : «En los usos ceremoniales, el fumar la mezcla de yé/tumutsáli por parte delos huicholes suele ir acompañado de la ingestión de peyote, tesquino o nawa (bebida de maíz fermentado) cái o sotól (destilado de cactus) y tepe (otra bebida alcohólica). Estas combinaciones producen inevitablemente alucinaciones extremadamente vívidas, pero se obtienen visiones menos intensas con la mezcla al fumarla sola.» 

En un fascinante artículo de un equipo de investigadores dirigido por Laura White Olascoaga, se considera que la T. lucida (a la que llaman pericón) es un eslabón que une el presente con un pasado prehispánico en el que el Yauhtli estaba fuertemente conectado con los dioses de la lluvia y la vegetación y era una ofrenda simbólica como parte de esta visión del cosmos. Después de la Conquista, con la llegada del cristianismo, T. lucida se asoció con San Miguel, al que se consideraba el protector divino de las cosechas, con poder sobre los rayos y las tormentas. Esta creencia persiste en las zonas rurales del centro de México mediante el uso de cuatro ramos de flores de T. lucida atados en forma de cruz y colocados sobre las puertas de las casas y los lugares de trabajo de los campesinos. 

Medicinalmente, la hierba fresca se utiliza para tratar el dolor abdominal, para promover la lactancia y para aliviar el reumatismo. Nuevas investigaciones han demostrado que las extracciones de T. lucida pueden utilizarse a gran escala como insecticida natural para proteger los cultivos de la infestación. 

María Eva González-Trujano y un grupo de científicos mexicanos publicaron un estudio en el que «datos preliminares aportan pruebas y dan apoyo a las propiedades atribuidas a la T. lucida en la medicina tradicional para aliviar el dolor». Los autores destacan los antiguos usos de esta planta entre la etnia náhuatl y afirman que la T. lucida «fue y sigue siendo una de las plantas más sagradas utilizadas con frecuencia en México». En su conclusión, afirman que los extractos de T. lucida «no produjeron daño gástrico a dosis antinociceptivas», lo que se considera «el efecto adverso más común de los fármacos analgésicos antiinflamatorios» utilizados en la terapia del dolor. Esto, por tanto, convierte al T. lucida en un candidato más apropiado para su uso en el tratamiento de enfermedades gastrointestinales.  

Otro equipo de investigadores de México, dirigido por González-Trujano y G. Pérez-Ortega, investigó la etnobotánica, la fitoquímica y la farmacología de las propiedades tranquilizantes de la Tagetes lucida. El proyecto se llevó a cabo en el estado mexicano de Morelos (antiguamente habitado por olmecas, tlahuicas y xochimilcas) en reconocimiento al antiguo y «amplio patrimonio biocultural de esta zona que se refleja en el conocimiento tradicional del uso y manejo de las plantas».  La metodología de la investigación incluyó entrevistar a ocho curanderos tradicionales (cinco mujeres y tres hombres), así como a veinticinco comerciantes de plantas medicinales (diecisiete mujeres, ocho hombres) sobre cómo acostumbran tratar la ansiedad. Como resultado de estas conversaciones, los científicos descubrieron que la T. lucida «no era la especie más importante para tratar dolencias del sistema nervioso, pero era bien conocida por estas propiedades». En los mercados, la T. lucida no se vendía sola, sino en preparados que eran mezclas de «otras plantas ansiolíticas bien conocidas, como la Ternstroemia sylvatica, o la T. pringlei, Citrus sinensis, Passiflora incarnata o Agastache mexicana«.  Además, los científicos prepararon extractos de T. lucida para examinar los efectos sedantes de la planta en ratones de laboratorio, que mostraron «una disminución significativa pero no dependiente de las actividades ambulatoria y exploratoria», que atribuyeron a las cumarinas contenidas en esta especie vegetal utilizada tradicionalmente en la etnomedicina mexicana como tranquilizante.  

Científicos de Texas y México dirigidos por Julianna Kurpis estudiaron los efectos previstos del cambio climático antropogénico sobre la Tagetes lucida en las próximas décadas y concluyeron que el hábitat de esta planta, «una planta medicinal nativa de importante valor cultural y económico en México», se verá cada vez más restringido y fragmentado en los escenarios modelados para 2050 y 2070. También sostienen que «el hábitat adecuado actual está amenazado por la agricultura, la deforestación y el sobrepastoreo». Los investigadores destacan la importancia de estudiar todos estos factores para que esta información pueda «utilizarse para ayudar a establecer planes de conservación sólidos, inexistentes hasta la fecha, para la especie». Sin duda, se trata de un consejo ecológico innegablemente prudente que bien podría aplicarse a una amplia gama de otras especies vegetales, incluidas, por supuesto, las que pertenecen al herbario electrónico Microcosmos

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