Tabernaemontana spp.

Carmen X. Luzuriaga-Quichimbo y su equipo de investigadores de Ecuador y España están a la vanguardia de los nuevos estudios sobre la Tabernaemontana sananho, también conocida por su nombre kichwa Sikta. Documentan los usos medicinales y rituales de este pequeño árbol que prospera en los bosques húmedos perennifolios de las tierras bajas de todo el norte de Sudamérica por parte de los aguaruna de Perú, así como de los awa, cofán, secoya, shuar, wao y kichwa de Ecuador. Los investigadores sostienen que los kichwas consideran el árbol Sikta un puente sagrado que «une a la persona con las fuerzas ocultas de la Naturaleza» y no talan estos árboles cuando talan la selva, manteniendo su ubicación exacta en un secreto muy bien guardado. Diferentes preparados curativos de Sikta se utilizan como vulnerario para las hemorragias posparto, como tratamiento para la sífilis, heridas oculares, fiebres, resfriados, abscesos, afecciones digestivas y respiratorias, y también como sedante, analgésico y anticonceptivo. 

Según Christian Rätsch, la Tabernaemontana sananho se utiliza ceremonialmente como aditivo en los preparados de ayahuasca y en los rapés de Virola como «planta de la memoria» que puede servir de ayuda para recordar con mayor claridad la experiencia visionaria.

Bradley C. Bennett y Rocío Alarcón, en el fascinante artículo «Hunting and Hallucinogens: The Use of Psychoactive Plants to Improve the Hunting Ability of Dogs” (Caza y alucinógenos: El uso de plantas psicoactivas para mejorar la capacidad de caza de los perros), destacan la importancia de los perros en las sociedades indígenas que dependen de la caza para sobrevivir. Mencionan cómo los «shuar ecuatorianos creen que los perros son un regalo de Nunkui, la madre tierra» y cómo, para los quichuas, «los perros son regalos de sachahuarmi o sacharuna (espíritus del bosque)». Bennett y Alarcón consideran la Tabernaemontana y otras especies vegetales en relación con las prácticas etnoveterinarias. Citando ejemplos de las etnias shuar, quichua y aguaruna, los autores señalan que «en las zonas de tierras bajas del Neotrópico, la función principal de los caninos es ayudar en la caza de animales salvajes», afirmando que las plantas que constituyen la dieta de los caninos están destinadas a mejorar su destreza como cazadores: «Las plantas se emplean en los baños para reducir su olor o enmascarar los olores y disminuir así su detectabilidad por la presa objetivo. Las plantas también sirven para limpiar las cavidades bucales y nasales, mejorar el olfato o la visión nocturna». Traen a colación el trabajo de Eduardo Kohn, que ha estudiado cómo los quichuas dan a sus perros un potente preparado alucinógeno llamado tsicta (¿sikta?), compuesto de Tabernaemontana sananho, además de tabaco silvestre y Brugmansia que permite a los perros «comunicarse con sus amos y aconsejarles». Bennett y Alarcón especulan con la posibilidad de que la mejora de la capacidad de caza de los perros a los que se ha suministrado esta mezcla se deba a una experiencia eficaz de sinestesia basada en plantas que aumenta la mejora global combinada de la capacidad de oler, ver y oír en lo que caracterizan como una «segunda vía sensorial o cognitiva».  

Por último, Bennett y Alarcón tratan la Tabernaemontana como parte de un complejo vegetal mayor combinando «los datos fitoquímicos con los informes etnobotánicos de cada planta y clasificando después cada especie en una categoría farmacológica probable: depurativas/desodorantes, sensibilizadoras olfativas, oftálmicas o psicoactivas».

Tabernaemontana undulata (Uchu Sanango) (Apocynaceae)
Tabernaemontana undulata

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